Imagina que un diseñador está creando una nueva silla ergonómica pensada para oficinas. En la primera etapa del proceso, el diseñador hace varios sketches rápidos para explorar diferentes formas y características que podrían mejorar la comodidad y funcionalidad del producto.

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Uno de los sketches podría mostrar una silla con un respaldo curvado que se adapta a la forma de la espalda, mientras que otro podría tener una base más delgada para hacerlo más ligero y fácil de mover. Además, el diseñador podría explorar la posibilidad de añadir reposabrazos ajustables, ruedas de fácil deslizamiento o incluso materiales que permitan mayor ventilación.

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El objetivo de estos sketches no es crear una imagen perfecta, sino capturar las ideas de manera visual para evaluar rápidamente qué opciones podrían ser viables y atractivas. A medida que el proceso avanza, el diseñador seleccionará las ideas más prometedoras, combinándolas o refinándolas, y luego pasará a crear un modelo más detallado o un prototipo.

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En este ejemplo, los sketches permiten experimentar sin la presión de los detalles técnicos, y sirven para comunicar de forma rápida las ideas iniciales tanto al equipo de trabajo como a posibles clientes. Además, facilitan la toma de decisiones, ya que permiten ver de inmediato cómo podrían verse o funcionar las ideas en el mundo real.